No es país para viejos (I)

Tremenda historia de McCarthy. No me convenció la primera de la Trilogía de la frontera, sí La carretera y ahora me ha encantado ésta. Como ya les dije, me he traído a las vacaciones Meridiano de sangre.

Llewelyn Moss se larga con dos millones de dólares que no son suyos y Anton Chigurh, un psicópata asesino que va por libre, lo busca para recuperarlos. El Sheriff Bell intenta encontrar entes a Moss y así salvarle.

La historia es muy buena y está contada con ritmo y estilos magistrales. Por si fuera poco, McCarthy, por boca de Bell, desarrolla ideas certeras sobre temas de fondo: el mal, la verdad, el matrimonio.

Merece la pena recoger algunas. No se pierdan esta novela.

Hablando de su mujer, dice Bell:

"La gente se lamenta de las cosas malas que le pasa y que no merece pero raramente menciona las cosas buenas. Lo que ha hecho para merecerlas. Yo no recuerdo haber dado al Señor demasiados motivos para que me favoreciera. Pero lo hizo."

"Mi mujer ya no lee nunca el periódico. Probablemente tiene razón. Suele tenerla."

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