“¡Vivir!... Es decir: resucitar. Porque aunque yo he estrenado dramas y he escrito artículos y soy labrador y he hecho negocios, mi verdadera vocación es la del torero. Y el torero no tiene más verdadera vida que la del peligro...Cuando uno se retira se muere...El torero no tiene más peligro que el de dejar de existir, y su muerte no está en la plaza sino en su casa. Joselito está vivo. Mas vivo que Belmonte y que yo, porque si muere valientemente en la plaza, mientras nosotros nos metimos cobardemente en la casa, dejamos de existir, mientras el hace de continuo acto de presencia en todas las corridas...Para alejarse de la muerte un torero es preciso que se roce con ella. Es decir, que no deje de torear...”
torear
Etiquetas: torosPublicado por Javier Cercas Rueda en 15:36
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