Francia y los 60

No tienen la exclusiva, pero la canción francesa de los 60 ha sabido reflejar muy bien el sinsentido de una vida donde no se quiere a alguien o no se es querido por alguien. Todo el mundo necesita darse y, si esa relación se rompe, el efecto interior es devastador y cuesta volver a encontrar un sentido a vivir. Así lo cantaron Gilbert Bécaud (Et maintenant), Jacques Brél (Ne me quitte pas) y Françoise Hardy (Tous les garçons et les filles).

Y lo reflejó muy bien el melodrama de los melodramas de Jacques Démy de 1964, Les parapluies de Cherbourg, el único musical que recuerdo donde no se alterna canción y voz sino que todo es canción. Es como tomarse un vaso de leche condensada con diez cucharadas de azúcar (los tonos pastel de los decorados, la angelical y casi adolescente Deneuve, los violines,...), pero a pesar de todo interesante.

Lean las letras de esas canciones, auténticos avisos para navegantes.

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